5. LA AVIFAUNA I
5. LA AVIFAUNA I.
Lo primero que hay que destacar sobre la avifauna ibérica es que cuenta con una gran cantidad de especies. Así, por ejemplo, en la vega del río Henares podemos observar más especies de aves que si sumamos al resto de las especies de vertebrados (peces, anfibios, reptiles y mamíferos, incluidos los murciélagos).
Esta diversidad de aves, además de servir para su observación y admiración, nos ayudan a comprender el funcionamiento de la naturaleza y su estado de conservación.
Debemos fijarnos en los elementos que rodean a las aves. El lugar donde deciden posarse, alimentarse, hacia dónde dirigen sus vuelos, los lugares que conectan con sus desplazamientos, y por qué son necesarios esos desplazamientos en los que las aves se exponen a depredadores y cazadores.
La identificación de estos elementos esenciales del hábitat permite comprender las necesidades básicas de las aves y así facilitar mucho su observación, además de conocer los cambios en la calidad ambiental de la vega del río Henares.
Según el periodo del año en el que las especies están presentes en la vega se distinguen aves sedentarias, estivales, invernantes y en paso migratorio.
Las especies sedentarias son las más numerosas de la ribera. Además, algunas aves sedentarias en la Península Ibérica aumentan su número de individuos durante el invierno debido a la llegada de inmigrantes procedentes del norte de Europa. Es el caso del mirlo común, paloma torcaz, cernícalo vulgar o varias especies de fringílidos como el jilguero, verderón común, verdecillo y pardillo común.
Las especies exclusivamente estivales solo están presentes en la vega del Henares durante el periodo reproductor. Llegan a principio de primavera y se marchan a finales del verano, una vez terminada la reproducción. Durante esta época favorable del año todos los ambientes ofrecen alimento y lugares adecuados para la nidificación. Los meses fríos del año los pasan en latitudes más cálidas del África subsahariana. Es el caso del ruiseñor común, golondrina común, avión común, vencejo común y abejaruco europeo, entre otros.
Algunas especies estivales están acortando sus migraciones y muchos de sus efectivos pasan ya el invierno en lugares más próximos, evitando así el largo y costoso desplazamiento migratorio, como es el caso de la cigüeña blanca, autillo y abubilla.
Las aves que solo pueden observarse durante el invierno, no se reproducen en la vega del Henares, y su número es sensiblemente inferior al de las especies estivales. Esto es consecuencia del descenso general de recursos alimenticios disponibles durante el invierno y, de manera especial, de la producción de invertebrados.
La Península Ibérica es utilizada como lugar de invernada por muchas especies o vía de paso de invernantes africanos. Entre otras rutas de desplazamiento peninsulares, la cuenca del río Henares sirve de canal natural para los flujos migratorios por el interior peninsular, conectando La Mancha y el Valle del Ebro.