La salamanquesa común

LA SALAMANQUESA COMÚN  (Tarentola mauritanica)

SALAMANQUESA COMÚN (Tarentola mauritanica)

La salamanquesa común es un pequeño reptil de hábitos nocturnos, ampliamente distribuido por los países de la cuenca mediterránea. Es bastante común en la península Ibérica, con frecuencia conviviendo con los seres humanos en construcciones de pueblos y ciudades. 

Con un tamaño total de unos 15 centímetros de largo, es el gecko más grande de Europa. Su piel es rugosa, escamada, de color pardo grisáceo o gris ceniciento, que le permite mimetizarse con la textura de las rocas, troncos, paredes y techos en las que establece su territorio. Tiene una cabeza grande, ancha y triangular, y una cola espinosa con bandas en diferentes tonos. 

El cuerpo de la salamanquesa es robusto, compacto y aplastado, lo que facilita que puedan escabullirse fácilmente y acceder a intrincados recovecos de difícil acceso para los depredadores.

Cuenta con unos marcados orificios nasales, y unos ojos grandes sin párpados, con pupila vertical apta para la vida nocturna. Los dedos, cinco en cada extremidad, tienen protuberancias laminares laterales e inferiores que le proporcionan adherencia para trepar y desplazarse por superficies verticales (incluso en cristales). En caso de peligro, la salamanquesa común puede desprenderse de parte de su cola, que vuelve a crecer.

Ocupa cualquier hábitat no excesivamente frío, con adecuada insolación y que disponga de acceso a distintos refugios, como roquedos, troncos de árboles o construcciones humanas, siempre y cuando estén cerca de los insectos que consume, distribuyéndose así por ambientes muy variados.

Se alimentan principalmente de insectos en los meses calurosos del año, y a menudo se encuentran cazando insectos nocturnos que son atraídos por alguna luz, como mosquitos, polillas, grillos, hormigas y arañas. 

Pasan la mayor parte del día retiradas y protegidas en su escondite. No obstante, debido a que son de sangre fría y no pueden controlar su temperatura corporal internamente, deben asolearse o ubicarse a la sombra en función de las condiciones climáticas reinantes. De esta manera regulan su temperatura corporal. Por esta razón, durante el invierno (en zonas templadas) se ven obligadas a hibernar.

La salamanquesa común no es una especie amenazada, pues su capacidad para convivir con el hombre le permite mantener poblaciones saludables con pocos enemigos naturales y refugios seguros.

Geografía y fauna de TorrejónFélix González Jiménez

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